Cuando el género masculino intenta aterrizar estas maniobras a la realidad, los resultados no siempre son los mejores. Por ejemplo: ahorcar, golpear o usar juguetes sexuales peligrosos, no siempre resulta cómodo y placentero para ellas. Al igual que los chicos, las mujeres tienen inseguridades y miedos sexuales que las detienen al momento del acto o que les hacen dudar de ellas mismas, de sus cuerpos y del placer que pueden alcanzar.
Que el condón se quede adentro o se rompa durante el coito
A veces, por la fricción que se genera, la falta de lubricación o el abuso de movimientos, provocan el rompimiento del condón o que el pene se salga y el preservativo quede atorado dentro de la vagina. La experiencia suele ser molesta, incluso dolorosa y muy incómoda para las mujeres. Lo más riesgoso es que ninguno de los dos se dé cuenta y él eyacule dentro de ella sin esta protección.
¿Por qué da miedo?
Porque el riesgo de embarazo o de contraer una enfermedad aumenta significativamente.
Que la penetración duela
Las vaginas son tan variadas como los rostros: cada mujer posee un órgano con dimensiones, color o rigidez distinta. Por lo tanto todas poseen terminaciones nerviosas que se activan con mayor o menor rapidez. A veces, la piel y su elasticidad no es mucha, por lo que el tamaño del pene siempre es uno de los puntos que más nos preocupan.