Reconocen sus emociones cuando se activan y pueden etiquetarlas, lo que puede reducir su intensidad.
Esto te fortalece, ya que te brinda una idea propia de ti mismo, así como de los demás y de las situaciones que te rodean; lo cual ayuda a reducir el elemento de miedo a lo «desconocido».
Las personas emocionalmente inteligentes también son capaces de autoevaluarse con precisión. Esto significa que conocen sus fortalezas y debilidades; saben de lo que son capaces y cuáles son sus limitaciones.
La confianza en uno mismo es otra característica que ayuda a reducir el elemento del miedo. Las personas con alta inteligencia emocional saben que están bien equipadas para enfrentar los desafíos de la vida. Son tenaces y no se dejan intimidar por los obstáculos en su camino.
Tienen el poder personal de no alejarse de los desafíos. No se sienten atrapados por la inacción. En cambio, enfrentarán el desafío (y el miedo) de frente y tendrán confianza en superarlo.