En caso de realizar reposo, debemos remarcar que sea relativo, es decir, reposo de esfuerzos que puedan empeorar la lesión pero no de otro tipo de actividades o ejercicio. Para saber qué movimientos podemos hacer, debemos consultar con profesionales sanitarios.
También hay técnicas como el vendaje funcional que permiten limitar movimientos para evitar acentuar la lesión, pero seguir apoyando y realizando otros movimientos que sean seguros.
Hielo, bueno en su justa medida
El uso del hielo puede estar indicado para aliviar el dolor y la inflamación, en caso de que estos sean desproporcionados o se prolonguen en exceso durante mucho tiempo.
Sin embargo, no olvidemos que la inflamación es un proceso del organismo mediante el cual busca la reparación, por ello es bueno evitar el exceso de inflamación en ciertos casos, pero no en todos. Debemos tener en cuenta que la inflamación no es el enemigo.
Compresión y elevación
Si bien el reposo está claro que hay que evitarlo cuando se pueda, y reducirlo al mínimo cuando no haya otro remedio, en cuanto a compresión y elevación sí que tienen más sentido, siempre que se integren dentro de un programa activo de recuperación.
- La compresión puede ayudar al retorno venoso, también un vendaje compresivo puede servir para dar estabilidad y firmeza sin evitar mantenerse activo.
- En cuanto a la elevación, es una medida que tampoco es problemática, si no se asocia a un reposo prolongado. Es decir, hacer descansos breves en los que se mantenga la zona lesionada en elevación, pero buscando que el tratamiento y la recuperación sean activas.
¿Qué protocolos son más adecuados que el RICE?
Ya hablamos en su momento de que el RICE estaba bastante cuestionado, aunque sigue siendo muy aplicado, por eso lo volvemos a recordar. El método PRICE (añade la P de protección de la zona lesionada) es bastante parecido al RICE, por lo que tampoco es el más recomendable en todos los casos.