“La reacción en el porno es muy diferente a la real. Las mujeres actúan como si fuese el éxtasis absoluto”, menciona Bridges, y aprovecha para ofrecer dos consejos de lo más útiles: “Para empezar, no preguntes si puedes eyacular en su cara 30 segundos antes de hacerlo”, recomienda, y probar a hacerlo mejor sobre su espalda, vientre o senos. Si el semen entra en los ojos, puede haber consecuencias de lo más desagradables para su salud ocular.
5. Erecciones interminables al instante
Ni lo has visto ni lo verás. En el porno nunca aparece un pene flácido durante las relaciones sexuales, lo que nos da la idea de que, de ocurrir en nuestro dormitorio, es algo vergonzoso. Pero la realidad es que pasa bastante más a menudo de lo que los varones quieren confesar. No sólo eso. Las estrellas de las películas X se excitan con solo mirarse y no tienen ni un miramiento para ponerse a practicar sexo porque están permanentemente preparados (esto es, erectos y lubricados). De hecho, la investigación de Bridges ha demostrado que los hombres que consumen demasiada pornografía, tienen más probabilidades para sentirse inseguros sobre el tamaño de sus penes o sobre si sus erecciones están a la altura o son anormales. En la vida real no tiene por qué haber prisas y la llegada de la erección debería tomarse como parte de la diversión y placer del sexo.