“Según este doble estándar sexual, el mismo comportamiento es juzgado de manera diferente dependiendo del género del actor”, recuerda el investigador. Es tan solo una ventaja aparente, pues los prejuicios sobre sexualidad no solo perjudican a aquellos que no encajan en lo normativo (en realidad, el grueso de la población), sino a toda la sociedad que no sabe cómo combatir los grandes problemas de salud relacionados con el sexo.
Fuente: El Confidencial