Ocho y media de la mañana. Cojo el metro en hora punta, dispuesta a acudir, como un día cualquiera más, a trabajar a la oficina. Pero el viaje de hoy no ha sido como el de todos los días. Hoy… ¡he ligado en el metro!
[pullquote]Hoy no es un día como otro cualquiera, porque tengo una cita con mi pequeño enamoramiento del metro[/pullquote]
Desde hace unas semanas, hay una buena razón para que siempre me suba en el mismo tren, a la misma hora, en el mismo vagón. El motivo es un moreno de ojos verdes y pelo rizado del que no pude despegar mi mirada desde el momento en el que lo vi.
Lo de los pequeños enamoramientos en el metro es algo que me fascina. Te fijas en alguien, lo miras, te mira, te imaginas a qué se dedica, cómo se llama y cómo sería vuestra vida juntos. Y, de repente, se baja dos paradas antes de la tuya y ya no vuelves a saber de él nunca jamás. Pero no pasa nada, porque al cabo de dos días aparece otro hombre interesante y se vuelve a repetir el mismo ritual.