Regula las luces, enciende solo una pequeña lámpara o llena la habitación de velas (mejor si son perfumadas). Controla la temperatura de la habitación para que no pase ni demasiado frío ni demasiado calor, teniendo en cuenta que estará desnuda. Pon música relajante tipo chill out y, si quieres darle un toque romántico, esparce unos cuantos pétalos de rosa. No olvides colocar una toalla sobre la cama para protegerla de los aceites.
Aquí entra el segundo paso, y no menos importante: los aceites. Usar uno de calidad es absolutamente necesario, y esto incluye que huela bien, mantenga su cuerpo lubricado y sea 100% natural para que no irrite la piel. Los hay comestibles, con feromonas y de mil efectos y texturas.
Llega el momento de la verdad. Siéntate sobre su culo y llena su cuerpo y tus manos de aceite. Empieza haciéndole pequeños movimientos circulares, incidiendo con el pulgar. Ve intercalando giros largos y cortos, sintiendo cómo se van eliminando los nudos de su espalda y la tensión va quedando atrás.