Pero atención, la bicicleta no es amiga de la fertilidad. La autora del estudio, Audrey Gaskins, reconocía que los sillines aumentan la presión en contra de los testículos y la temperatura, lo que puede provocar un descenso de hasta un 34% en el número de espermatozoides.
Por el contrario, el ejercicio que está relacionado con las concentraciones de esperma más altas es el levantamiento de pesas. “Se ha demostrado que aumenta los niveles de testosterona y mejora la sensibilidad a la insulina”, afirma Gaskins.
Además de la actividad física, existen otros factores relacionados con la alimentación que también influyen en los espermatozoides. Otro reciente estudio de la misma escuela de Harvard ha demostrado que los hombres que consumen carnes procesadas tienen un esperma de peor calidad que los que comen pescado.
Sin embargo, al contrario de lo que se pensaba, dos nuevos estudios (presentados todos ellos en la reunión anual de la American Society for Reproductive Medicine’s) afirman que no hay evidencias de que el alcohol y la cafeína sean considerados factores de riesgo para la fertilidad.