Piensa solo en lo bien que se siente al rozar su piel o lamer su boca, acabéis o no disfrutando de una experiencia completa
Nosotros creemos en el refrán ‘No dejes para mañana el placer que puedas obtener hoy’. La vida pasa rápido y te aseguramos que, en el lecho de muerte, casi nadie se arrepiente de haber hecho demasiado el amor. Aquí tienes algunos empujoncitos que te ayudarán a sacarle partido a las horas libres del día.
1. Olvídate de ‘la meta’
A menudo vemos una relación sexual como una prueba física que se puede aprobar o suspender, y así es imposible que nos apetezca si nos sentimos débiles físicamente, o si estamos estresados. Tómatelo como lo que es en realidad: un disfrute del presente de los más puros y sencillos que existen.
Si tienes pareja estable, ¿no es estupendo besarla y acariciarla porque sí, y no solo pensando en el orgasmo? Si la otra persona es cariñosa, no reprimas ningún impulso de tocarla o mirarla fijamente, aunque pueda parecer un mal momento. El sexo suele ser más satisfactorio cuando se está abierto a la otra persona, no solo a su cuerpo. No separes artificialmente los juegos previos (por ejemplo, llamándolos «juegos previos») del acto sexual propiamente dicho. Todo es en definitiva lo mismo, y si empiezas pensando solo en lo bien que se siente rozando su piel o lamiendo su boca, es fácil que acabéis disfrutando de una experiencia completa de las que no se olvidan. Y si no, ¿qué importa?