Parece ser que en la etapa de Moore, a los guionistas les hizo mucha gracia lo de poner asombrosos gadgets en los relojes de Bond, por lo que no es de extrañar que pasemos a la etapa nipona de la saga. En plena expansión del reloj digital, Bond es seducido por Seiko.
Algunos de los más ingeniosos fueron el Seiko LCD 0674-5009 que incorporaba un cómodo sistema de mensajes impresos en cinta de La espía que me amó. En Moonraker, Bond lleva en la muñeca un Seiko M354-5019 con carga explosiva y detonador remoto y finalmente en Octopussy, el Seiko T001-5019, tenia un monitor de televisión en la muñeca.
Con Timothy Dalton vuelve el Rolex Submariner a la muñeca de Bond pero es solo temporal porque llegamos a la tercera y última etapa de los relojes del famoso agente.
Actor nuevo, coche nuevo y reloj nuevo. Goldeneye fue el estreno de Pierce Brosnan y con él empezaba una nueva forma de hacer las películas de James Bond. Mucho marketing y anuncios de marca encubierto que pagaban una fortuna para que se les asocie al personaje (Avis, BMW, Brioni, Ericsson, Persol, Rayban, Samsonite, Smirnoff, Walther, etc.)