Masters y Johnson hicieron ciencia como nunca antes se había hecho en el campo de la sexualidad y, en 1966, publicaron La respuesta sexual humana, que tuvo una gran repercusión. Aquí desarrollaron una de sus teorías más reconocidas, la del ciclo de la respuesta sexual, que incluye cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución.
Otro de sus descubrimientos que hizo historia fue el de que las mujeres son capaces de tener orgasmos múltiples después de la fase de resolución. La pareja de investigadores quería probar que la idea de que “las mujeres eran menos voraces sexualmente que los hombres” no estaba en lo cierto.
Masters y Johnson también desmintieron que la homosexualidad fuera un trastorno mental, clasificada como tal por la Asociación Americana de Psiquiatría hasta 1973.
La masturbación tenía una muy mala reputación y era considerada un acto sexual peligroso. Ellos se encargaron de anular las afirmaciones del médico suizo Tissot, el culpable de creencias tan extendidas como que la masturbación causa acné, epilepsia, locura o incluso la muerte prematura.