Las repercusiones respecto al consumo de combustible y los beneficios al medio ambiente (dióxido de carbono CO2) también son positivas; ambas se reducen un 25% en los dos casos.
El diseño deportivo es directamente proporcional con la potencia. Tanto la berlina M3 como el Coupé M4 cuentan con transmisión automática M de doble embrague que les otorga una aceleración de cero a cien kilómetros de 4,1 segundos.
Todo esto está propiciado por una reducción importante en el peso total del vehículo; nada menos que 80 kilogramos en relación a la versión anterior. Los materiales ligeros como el aluminio o la fibra de carbono, pero con excelente moldeado, son los protagonistas de esta ingeniería.
Casi sería una obviedad señalar que la tecnología ultra-avanzada de BMW no flaquea en lo más mínimo. Los compradores de cualquiera de estas dos joyas del motor podrán contar con amplitud de elementos opcionales, entre los que destaca la aplicación BMW M Laptimer, que monitorea y evalúa el estilo de conducción e incluye diversos tipos de asistencia a la misma.