Existen distintos formatos de autobronceadores: cremas, geles, toallitas, sprays… todos de sencilla aplicación. También, para conseguir un tono uniforme en grandes extensiones corporales (torso, espalda…), puedes acudir a un centro especializado en el que, con la técnica del aerógrafo, extenderán el autobronceador, de manera profesional y uniforme, por todo el cuerpo o en un área determinada.
Para que el autobronceador funcione correctamente y produzca buenos resultados es importante aplicarlo una vez realizada una previa exfoliación (el día anterior) y siempre con la piel bien hidratada (evitar la sequedad cutánea que puede producir la DHA).
Si te decides a probar, recuerda que el efecto de los autobronceadores puede ser inmediato o progresivo (según tus necesidades) y que sus resultados son siempre temporales, ya que, al ser una coloración externa, desaparecerá a medida que se produzca el proceso natural de descamación de la piel.
Puede ser interesante combinar la acción de un autobronceador con los progresivos baños de sol. Te irás poniendo moreno de manera natural pero con una pequeña ayuda cosmética extra. En este caso, sigue de manera estricta las indicaciones de cada fabricante y no olvides utilizar la imprescindible protección solar. ¡Es importante! porque un autobronceador no protege de la acción de los rayos solares.