Y llegó el tercero. Me había puesto un tope de tres chicos para que aquello no se me fuera de las manos. Fue la mejor cita que había tenido en tiempo. Congeniamos en seguida y nos reímos muchísimo. Era la clase de hombre que nunca me hubiera imaginado encontrar por internet. De momento, ya llevamos cuatro citas, y parece que la cosa marcha. A ver cuánto dura…