Somos conscientes de nuestra responsabilidad. Tú buscas respuestas y tenemos que estar a la altura. No queremos simplemente que tu chica experimente un clímax para salir del paso; buscamos, como dice la autora de un artículo reciente en ‘Men’s Health‘, que tus vecinos odien tu vida sexual. Que te envidien por la calle, porque semejantes gemidos no se pueden aguantar. Y, cómo no, para eso estimular el clítoris es el primer mandamiento. Y unas paredes de papel…
El terapeuta sexual Ian Kerner, autor de ‘Las damas primero’ (‘She Comes First’, un juego de palabras entre el verbo ir en su sentido literal y en el figurado de ‘irse’, ‘llegar al orgasmo’), insiste en ese mantra que tanto se repite… y tan poco se pone en práctica a juzgar por las quejas más habituales en los foros femeninos ‘on’ y ‘offline’. Los estudios, afirma el terapeuta, muestran que la sala de máquinas del orgasmo femenino es el clítoris, y no la vagina. Como este apéndice está a cierta distancia de la entrada de la vagina, entre 2,5 y 4 centímetros, la mayoría de las posturas no llegan al quid de la cuestión.