Por este motivo, está prohibida la distribución y venta de esteroides anabolizantes, hormona de crecimiento y productos similares, para fines que no sean estrictamente médicos. Sin embargo, la falta de una regulación internacional sobre estos productos, ha favorecido el desarrollado un mercado negro en torno a estas sustancias.
En muchos deportes, es normal hacer uso de tratamientos con esteroides suministrados cíclicamente para conseguir un mayor índice de masa muscular. Estas sustancias se pueden introducir en el cuerpo mediante la ingestión de pastillas, en forma de suplementos y, en algunos casos, de forma intravenosa con pinchazos inyectados directamente en el músculo.
Su acción en el físico es visible en poco tiempo, produciéndose una hipertrofia de éste. Sin embargo, los efectos secundarios de este tipo de tratamientos pueden ser catastróficos para el organismo.
A pesar de que con estos ciclos hormonales se puede obtener un cuerpo más grande y musculoso de lo “normal”, el abuso, la falta de conocimiento de estos productos y una mala administración de estas sustancias, puede terminar en graves consecuencias, tanto a corto como a largo plazo, para la salud de quienes las consumen.