Las hormonas masculinas, también conocidas como andrógenos, son hormonas segregadas por el cuerpo humano, y son las encargadas de determinar la sexualidad masculina, y los rasgos físicos característicos de este género.
La principal hormona masculina es la testosterona. La testosterona es un esteroide anabólico, cuyo mayor porcentaje es segregado por los testículos, aunque también una pequeña cantidad es segregada por las glándulas suprarrenales. La testosterona se puede considerar como la hormona masculina por excelencia. Aunque quienes más testosterona producen son los hombres, las mujeres también segregan esta hormona, aunque en mucha menor cantidad.
Entre otras cosas, la testosterona es la responsable directa del desarrollo de los rasgos típicos masculinos, como el crecimiento de los genitales, el aumento de la densidad ósea y de la masa muscular, el desarrollo del vello facial y el agravamiento de la voz.
Los niveles de esta hormona que segrega un hombre a lo largo de su vida varían según la edad.
- Durante la pubertad los hombres segregan grandes cantidades de testosterona, la cual va a permitir que se produzcan los cambios físicos que determinan el paso de niño a adolescente, y de adolescente a adulto, de este modo, la testosterona es la principal responsable del desarrollo físico que experimentan los adolescentes hasta alcanzar la madurez.
- Durante la etapa adulta los niveles de testosterona se estabilizan, y aunque el organismo la sigue segregando, los niveles son más constantes. En esta etapa entre las principales funciones que desempeña están: ayudar a mantener la masa muscular y la densidad ósea, provocar el deseo sexual.
- A medida que el hombre va envejeciendo la cantidad de testosterona que segrega su cuerpo disminuye, manteniéndose en niveles muy bajos durante la vejez. El efecto sobre el organismo de esta disminución se traduce en pérdida de musculatura, densidad ósea y deseo sexual.