Seguro que más de uno sueña con viajar a Islandia o a los países nórdicos para poder disfrutar de las auroras boreales.
Este fenómeno natural se debe a la actividad del Sol: hay veces en las que se producen erupciones de partículas ionizadas que viajan a gran velocidad por el espacio. Cuando llegan a la Tierra y chocan con las partículas de la ionosfera (una capa de la atmósfera situada entre los 80 y 500 km de altitud), se excitan y, al volver a su estado original, emiten luz. Esta luz suele ser blanca, verde, violeta o rosa.
Aunque se suele utilizar como término general el concepto de aurora boreal, sólo podemos llamar así a aquellas que se producen en el hemisferio norte (llamándose auroras australes aquéllas que se presentan en el hemisferio sur).
La mayor probabilidad de disfrutar de una aurora boreal se produce entre finales de otoño y principios de primavera, cuando es de noche.