Aquí comienza la frenética búsqueda de Walter para localizar al excéntrico y trotamundos Sean, para así llegar al fotograma perdido. Pero la búsqueda se convertirá en una experiencia inolvidable de deportes extremos e interminables caminatas, gracias a la información y las pistas que ha podido recabar Cheryl.
Gracias a la fotografía extraviada, Walter entrará en contacto directo con todo lo que le faltaba encerrado en su oficina: la materialización de los sueños, los efectos de la fantasía como instrumento para el escapismo, la autoafirmación y la fascinación que le despierta Cheryl.
La vida secreta de Walter Mitty es un remake con estilo Stiller de su versión original de 1947, dirigida por Norman Z. McLeod e inspirada en un relato de James Thurber.
El film de 114 minutos nos sumergirá en una mezcla de fantasía surrealista y comedia graciosa, conmovedora, elegante y chispeante. Lo suficiente como para engancharnos con una historia que no trascenderá los límites de la genialidad, pero que reivindica un género con bastante solvencia.