Otra posibilidad es utilizar las férulas dentales que pueden ser hechas a medida en la consulta del dentista o bien adquirirse en formato «estándar» en farmacias. Estas prácticas férulas incorporan un gel de composición similar a los dentífricos blanqueantes y se fijan en ambos maxilares (superior e inferior) por un tiempo determinado. Tienen que llevarse un número de horas (incluso toda la noche) y sus efectos suelen notarse pasadas unas semanas.
Si acudes a la consulta del odontólogo o dentista, éste también podrá aconsejarte otros tratamientos según las necesidades de tu boca. La técnica del láser para el blanqueamiento dental es, sin duda, la más avanzada. Con ella comprobarás resultados espectaculares en pocas sesiones.
Tras una valoración general de tu dentadura, el especialista determinará las características de tu tratamiento personalizado. Aunque cada caso tiene sus particularidades, el tratamiento consiste en, tras una completa limpieza bucal, aplicar sobre los dientes peróxido de hidrógeno y hacer incidir la luz «fría» (láser y LEDs), en cada pieza dental. Las sesiones duran entre 45 y 90 minutos y su número dependerá de tus necesidades particulares. Los resultados son visibles de manera inmediata.