Disponemos de gran cantidad de hoteles, y a precios increíbles. Por ejemplo, el Hotel Maitai Polinesia dispone de más de 400 habitaciones, siete bungalows, y alrededor de otros 10 bungalows sobre el mar.
Si en algunos momentos de nuestro paso por la Polinesia, nos sentimos atónitos o petrificados, no nos asustemos, no será un problema médico, se solucionará con un click en nuestra cabeza, y en el peor de los casos, con sólo sumergir nuestra cabeza en alguna de sus playas de ensueño.
Ya en Bora Bora, todo un canto al exotismo -pero no el artificial-, el creado por la propia naturaleza, nos puede encandilar el celeste azulado de sus aguas. Es posible que internados un poco en el mar, no sepamos si estamos en la Tierra o en el mismísimo cielo; el celeste intenso será todo nuestro universo.
Cuando miremos hacia la costa, las espigadas y elegantes palmeras, nos mostrarán la verdad. Bora Bora nos marcará con sus lagunas turquesas, sus arenas blancas como harina, sus profundamente románticos atardeceres color mandarina, sus montañas pobladas de un verde que se entremezcla con los intensos colores del resto de su familia de paraíso.