La «abrasión» que produce este tratamiento resulta efectiva no solo como una cura de juventud sino, también, a la hora de tratar arrugas superficiales y líneas de expresión, manchas cutáneas (sobre todo las provocadas por un exceso de exposición al sol), puntos negros o marcas como las que pueden haber originado pequeñas heridas (cicatrices) o un ya superado acné.
En el caso de los hombres es idóneo como tratamiento para mejorar el aspecto general de las pieles grasas y para cerrar poros.
¿En qué consiste?
Tras un estudio previo que determine las necesidades concretas de tu piel, el profesional determinará la técnica de microdermoabrasión que más te conviene y el número de sesiones necesarias para obtener buenos resultados (no es igual un tratamiento que solo busque una mejora general de la piel que uno destinado a eliminar manchas o marcas).
Una vez preparada la piel (es conveniente una limpieza previa en profundidad), se procede a la exfoliación cutánea con la aparatología específica para realizar la dermoabrasión. Una especie de «puntero» irá recorriendo tu rostro.