Sorprende quizás que en estos momentos de crisis económica haya una mayor demanda de hombres que acuden a la medicina estética, cuando el ámbito de la medicina estética, si bien no es excesivamente caro, es privado. El motivo es que quieren mejorar la autoestima y la seguridad. Aquel paciente que debido a la crisis se ha quedado en paro o tiene un empleo y quiere mantenerlo, se da cuenta de que la imagen cuenta y que, sobre todo, cuenta la seguridad en uno mismo. Y en este caso, el paciente que cree que aquel pequeño inestetismo hace que no se sienta seguro cuando va a una entrevista o está trabajando, acude a los centros para mejorar ese aspecto que lo que sobre todo le va a dar es esa seguridad. Porque de lo que se trata no es de lo que objetivamente los demás percibimos, sino de lo que el paciente siente. Y cuando alguien tiene lo que solemos llamar un complejo, cree que todo el mundo está pendiente del mismo y se siente inseguro en cualquier ámbito público. Cuando corrige ese inestetismo que quizás no sea tan grave ni tan percibido por los demás, a partir de ese momento lo que esa persona va a transmitir es seguridad y confianza. En resumen, la medicina estética busca mejorar la autoestima y la seguridad de la persona en sí misma.