Los deportes acuáticos como el surf, el buceo, el sky acuático, la vela, o el remo, son comunes en las límpidas aguas de las playas de Seychelles. Mientras disfrutamos de ellas y de estos deportes, podemos observar a grupos de caballos salvajes pasear o correr por la playa, sin ningún riesgo para nadie.
La isla de Mahé es la más grande de las Seychelles, con unos 30 kilómetros de largo por unos cinco de ancho. Si decidimos recorrerla con uno de los vehículos típicos del lugar, abiertos a ambos lados y bien ventilados, deberemos tener en cuenta que el depósito esté lleno, puesto que sólo hay seis gasolineras en todo el país.
Transitar por las carreteras de las Seychelles, es como hacerlo en medio de un bello y exótico túnel verde, y además, con toda la seguridad de una región carente de conflictos, inseguridad o violencia; ni animales salvajes ni reptiles venenosos.