La frustración más permanente es aquella que viene del no haber luchado por algo o por alguien. El fracaso se supera porque es una consecuencia, pero un sueño no, porque fue una posibilidad.
Y si aún eres joven atrévete a vivir los riesgos y peligros que habitan en lo desconocido. Allí se encuentran numerosas sorpresas y secretos de tu felicidad.