Si deseas reflejar juventud en tu exterior, debes mantener activo y en movimiento todo el interior de tu cuerpo. Y nunca es tarde para empezar. La actividad, a cualquier edad, segrega una serie de sustancias que inhiben el dolor y nos hacen sentir más activos y felices.
Una vida social agradable, el placer de la felicidad
Se ha demostrado que el cerebro humano, como máximo, puede mantener 150 relaciones interpersonales simultáneas -hablar, expresarse, sentir… De las cuales, de 5 a 12, formarán tu núcleo íntimo. Si de esos mejores amigos, la mayoría son felices, tienes un 15% más de posibilidades de ser feliz frente al 2% que te genera, por ejemplo, conseguir dinero adicional.
Cada amigo infeliz reduce tus posibilidades de ser feliz un 7%. Lo malo es que tu círculo de confianza se va distanciando y vamos perdiendo personas queridas a lo largo de la vida. Por ello debes hacer un esfuerzo en conservar a tus amigos que te hacen la vida un lugar más sencillo y alegre.
Abre tu mente y corazón, confía y conéctate con los demás con una sonrisa. Siente y abraza. La felicidad se pega y la depresión se contagia. Rodéate de gente feliz y hazles la vida fácil. Para ello, no les necesites ¡deséales! Cuando necesitamos algo y no lo conseguimos no somos felices. Y cuando lo necesitamos y lo conseguimos, tendremos tal miedo a perderlo que tampoco nos permitiremos relajarnos y disfrutar de su compañía.