Se consigue así convertir el estado de los depósitos grasos de sólido a líquido, pudiendo así ser expulsados a través de la orina. Por esta razón es indispensable beber al menos dos litros de agua antes y después de cada tratamiento.
La cavitación no es invasiva, es segura, indolora y no supone riesgo de irritación o reacciones alérgicas. Los resultados visibles son inmediatos y desde la primera sesión podrás observar una reducción de 2 a 4 centímetros de circunferencia en el área tratada.
Sin embargo, sí existen algunas contraindicaciones. La ultracavitación no es aconsejable para personas con problemas hepáticos, renales, hipertrigliceridemia o hipercolesterolemia. Tampoco se recomienda a epilépticos, personas que lleven marcapasos o algún otro aparato metálico. Fuera de estas individualidades, es una solución ideal para deshacerse de barriguitas incipientes y grasas acumuladas.