Esta patología debe ser diagnosticada por un dermatólogo que proporcionará el tratamiento y cuidado especifico para poder paliar los signos y síntomas de este problema.
A través del cuidado personal adecuado, se puede reducir la descamación del cuero cabelludo, especialmente en los casos en que se presenta de forma leve. El lavado del cabello de forma regular favorece la eliminación de la piel muerta, de manera que se evitará la formación de nuevas escamas productoras de la caspa.
Con la aparición de la descamación se produce una alcalinización del pH del cuero cabelludo. Por este motivo se recomendará el uso de champús con formulaciones ácidas con el objetivo de reproporcionar un pH ácido al cuero cabelludo.
En el caso de que exista una forma severa de descamación, se deberán utilizar champús que contengan principios activos para tratar cada una de las alteraciones que se presenten. Por ejemplo: ácido salicílico para la irritación, piritionato de zinc para el picor o ketoconazol en el caso de que coexista la descamación con un proceso infeccioso.