Varias décadas después de la invención de este método, en 1941, un escritor estadounidense llamado George R. Stewart se publicó Tormenta, novela en la que uno de sus personajes estaba inspirado en Wragge, concretamente el de un meteorólogo que ponía el nombre de sus exnovias a las tormentas del Pacífico. El libro fue todo un bestseller dentro del ejército americano, hasta tal punto que los meteorólogos militares empezaron también a nombrar extraoficialmente a los huracanes con el nombre de sus antiguas conquistas. Sistema que poco a poco fue extendiéndose entre los profesionales encargados de predecir el tiempo y que empezó a hacerse público en el verano de 1950, cuando la formación de una serie de huracanes simultáneos en la costa atlántica llamó la atención de la prensa, que comenzó a informar de ello haciendo uso de los nombres femeninos que les habían dado los meteorólogos militares.
Esto causó estupor entre la población, que no entendía esa nomenclatura y entraba en pánico por la información confusa aparecida en la prensa. Finalmente, la Oficina Meteorológica de Estados Unidos, precursora del actual Servicio Nacional Metereológico, tuvo que rendirse y adoptar en 1953 como oficial esta idea de poner nombres de mujer a los huracanes y tormentas tropicales para que fuera más sencillo informar a la población de ellos por aquello de que es muy fácil recordar un nombre de persona. Eso sí, un año después, en 1954, empezaron a llegar las primeras críticas. ¿No era un poco machista usar solo nombres femeninos para fenómenos que causaban cada año miles de víctimas?
BOB, el primero de todos
A pesar de la pequeña polémica, nada cambió hasta la década de los 70 cuando una mujer llamada Roxcy Bolton, vicepresidenta de la Organización Nacional de la Mujer, pidió al Servicio Nacional de Meteorología cambiar formalmente esta práctica y sugiriendo que, en su lugar, pusieran el nombre de los senadores que se oponían a su propuesta. En 1979 por fin consiguieron el cambio: Bob fue el primer huracán con nombre masculino de la historia.