La simplicidad, la transparencia, la seguridad y la ausencia de costes han convertido a las bitcoins en la moneda digital más usada del mundo.
Las operaciones con bitcoins se realizan a través de una dirección pública que debe tener cada usuario para poder operar, tanto desde sus ordenadores como desde smartphones. Será esta dirección pública la que permitirá que cualquiera de nosotros reciba un pago en cualquier momento y lugar, si el pagador la conoce, y si disponemos de un smartphone.
Todas las operaciones con bitcoins se habilitan con un código y una clave secreta y particular, que es completamente segura, pero que nunca se debe publicar en internet.
Igualmente, sólo los propietarios de una clave privada podrán sellar las operaciones con una firma digital destinada a una dirección pública determinada. Esto será suficiente para rubricar una transacción, pago o transferencia.
Los beneficiarios de las operaciones con bitcoins tienen la opción de comprobar simultáneamente con la red, la validez de las firmas. Si el sistema de comprobación detecta alguna irregularidad como una firma inválida o el intento de pago desde una dirección sin fondos, anula automáticamente la operación.