Al fin y al cabo, el ‘kabe-don’ recuerda poderosamente a algunas de las estrategias de flirteo planteadas por los tan polémicos defensores del ligoteo científico. Por ejemplo, Julien Blanc, cuya entrada a Reino Unido fue vetada por sus métodos, aseguraba que la intimidación física era una de las herramientas más útiles a la hora de llamar la atención de una mujer. En las imágenes que le granjearon su mala fama se le podía ver agarrando del cuello a sus objetivos femeninos, y él mismo recordaba que “golpear cosas” podía resultar útil como herramienta de amenaza.
Una cosa es verlo y emocionarse ante la escena y otra que te hagan un ‘kabe-don’ real, especialmente si el chico ni te va ni te viene.
En teoría, el ‘kabe-don’ no tiene que ver con ninguno de estos métodos, sobre todo porque, como ya hemos señalado, es una fantasía femenina y no masculina. Basta con echar un vistazo a los comentarios de casi cualquier artículo que aborda el tema para descubrir cómo las aficionadas al manga disfrutan de él y les divierte hablar de sus ejemplos preferidos. Como recuerda en ‘Japonismo’ Laura, su autora y especialista en cultura japonesa, “hay que diferenciar claramente entre ficción y realidad, porque una cosa es verlo en un manga o dorama [serie de televisión de imagen real] y emocionarse ante la escena y otra que te hagan un ‘kabe-don’ en la vida real, especialmente si el chico en cuestión ni te va ni te viene, claro”.