El resumen de la última carrera del Mundial de MotoGP, en la que se decidía todo, es que pasó lo normal. Es decir, Rossi apretó hasta donde pudo, la cuarta plaza, y Lorenzo no se dejó adelantar. El mallorquín dominó la carrera de principio a fin, desde la salida hasta la bandera a cuadros, y no dio opción al italiano, que cedió el liderato en la última carrera del año.
Es el tercer título para Lorenzo, y el quinto en total de su carrera (ganó otros dos de 250 cc). El italiano se queda a las puertas del décimo triunfo de su carrera profesional. Rossi salía último (en realidad penúltimo, por una sanción a Crutchlow), y en un par de vueltas se había quitado de en medio a una decena de rivales.
La manera de la que el de Urbino se fue quitando pilotos de encima subió el calor de la carrera, aunque con algunos rivales (Petrucci) se lo pusieron muy fácil. Pero adelante, Lorenzo apretaba al máximo, seguido por las Honda.
