Junto a él viajó Mikel García que decidió acompañar al joven en su sueño: “Si no, solo con 17 años hubiera estado perdido”, asegura Fernández, muy agradecido con el que fuera su entrenador.
Duros entrenamientos
García y Fenández compartían apartamento con otra patinadora española y Javi dormía en un sofá cama que tenían en el salón. Nikolai fue duro y su relación con él no era del todo buena, pero le enseñó a trabajar duro, “a dejarse de tonterías y a ponerse las pilas”, desvelaba García.
Tras participar en las Olimpiadas de Vancouver 2010, donde quedó 14º y en el Mundial de 2011, donde fue 10º, rompió con el preparador ruso y comenzó a entrenar con el famoso patinador canadiense Brian Orser.
El camino al éxito
Orser, campeón del mundo en 1987 y dos veces subcampeón olímpico en 1984 y 1988 , explicaba en una entrevista con El País cómo fue el día que se conocieron: “Parecía un poco perdido” decía, y agregaba, “Pude ver que era bastante bueno, no fantástico, pero bastante bueno. Y me dije: ‘¡Uau!’. Sabía que estaba mal dirigido”, revelaba.