Y es que la inteligencia se expresa de muchas maneras en el día a día: en el tipo de conversaciones, en las aficiones, en el tipo de humor, etc. Todos estos elementos son una manera de crear sintonía entre dos personas, pero si esta no aparece y cuesta conectar, aparece la frustración.
Puede que normalmente las personas más inteligentes no tengan problemas a la hora de socializar por el simple hecho de serlo, pero eso no significa que conecten con todo el mundo; puede significar, también, que tienen más recursos para encontrar a aquellas personas con las que encajan mejor y que aportan más estímulos mentales interesantes.
Por Arturo Torres
Via Cultura Inquieta