Los alimentos descritos son los que deben incluirse en una alimentación variada y equilibrada. A ellos hay que añadir la necesidad vital ingerir la suficiente cantidad de agua (al menos dos litros diarios de líquidos en general), sin la cual el organismo no podría realizar de manera adecuada algunas de sus funciones básicas (mantener una buena hidratación y control de la temperatura corporal, eliminar toxinas, etc).
Partiendo de estos ingredientes fundamentales tendrás que elaborar tu propia dieta semanal o mensual, siempre buscando el equilibrio entre lo que ingieres y el gasto energético que supone tu actividad cotidiana (incluyendo las actividades deportivas).
La dieta ideal siempre es personal y se adapta a las circunstancias de cada individuo, pero para que te hayas una idea, una dieta estándar, que incluya alimentos que deben consumirse de manera diaria, 2 o 3 veces en semana, o de forma esporádica podría ser la siguiente:
- Consumo diario. Cereales (arroz, pan, pasta), lácteos y derivados (2 – 4 raciones al día entre yogures, leche, queso…), verduras y hortalizas (2 raciones diarias), fruta (2-3 piezas al día) y aceite de oliva. Consume cada día alguna de las opciones, no todas a la vez. Por ejemplo, si tomas arroz para comer, no cenes pasta.
- Varias veces en semana (2 – 4 raciones por semana). Carnes magras (ternera, pollo, pavo…), pescados (blancos y azules), huevos, legumbres.
- De forma esporádica. Dulces, snacks, embutidos y grasas ( mantequilla, margarina).
Con estas nociones básicas sobre una nutrición correcta podrás crear distintos menús equilibrados teniendo en cuenta tus propios gustos y sabiendo, en todo momento, que el cuidado de tu alimentación incide de manera directa en tu salud, bienestar y forma física.