Últimamente ha surgido un nuevo concepto en materia de zapatillas de running que cada vez está adquiriendo más fuerza en el sector. Se trata de las zapatillas minimalistas, elaboradas con la mínima cantidad de material para conseguir así la máxima ligereza.
Renuncian, por lo tanto, a lo materiales y tecnologías que ayudan a la amortiguación. El objetivo con este tipo de calzado es simple: busca la imitación del pie descalzo. El minimalismo o barefoot running, como se denomina a esta nueva tendencia, pretende que el usuario corra de forma natural, sin necesidad de buscar apoyo en la amortiguación de las zapatillas.
Sin duda, este concepto rompe con todo lo que hasta ahora nos ofrecían las zapatillas de running, por lo que resulta una cuestión controvertida que, como es lógico, genera detractores y defensores. El principal argumento que utilizan los pro-minimalistas es que las zapatillas con amortiguación malacostumbran al corredor.
Argumentan que este tipo de zapatillas provocan que el primer impacto de los pies contra el suelo siempre sea con el talón, por lo que se ve propiciada la aparición de daños y lesiones musculares por sobrecarga.