Las hamacas de pared fueron un invento revolucionario para la época y hasta el día de hoy se siguen vendiendo, tanto así que un día Alvaro Novellón se juntó con otros tres amigos y decidieron crear una de las ideas de negocio más rentable del último tiempo: Un hotel donde solo se pueda dormir sobre las paredes de la montaña.
Con la idea de potenciar la fama y el prestigio de Riglo:un pequeño pueblo cuna de escaladores a unos pocos kilómetros de Huesca. Alvaro y sus amigos le fueron presentando este proyecto a todas las empresas, hasta que finalmente consiguieron a los tan ansiados auspiciadores. A las marcas de material de escalada Rab y Edelweiss les encantó la idea.
A su vez, y tras pasar todos los trámites, el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Riglos les ha dado el permiso para lanzar esta nueva actividad turística de aventura.