Lo que hasta ahora era para muchos un mito o un cuento chino, la excusa perfecta en la que se escudaban famosos como el actor Michael Douglas o el golfista Tiger Woods para justificar sus infidelidades, es, desde este mes, una enfermedad reconocida por la literatura científica. La nueva edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5), la ‘biblia’ de la Psiquiatría mundial, ha incluido por primera vez en sus páginas la adicción al sexo, a la que denomina clínicamente como trastorno de la hipersexualidad, y da las claves para identificarla.
Lo que establece el manual psiquiátrico es que «se trata de un trastorno obsesivo compulsivo. Quienes lo padecen no pueden controlar sus pensamientos ni sus actos repetitivos», explica a ELMUNDO.es el psiquiatra Luis Rojas Marcos, afincado en Nueva York. «Cualquier tipo de obsesión que interfiera en la capacidad de la persona para llevar una vida normal, que le perjudique en sus relaciones personales y laborales, es una patología. En este caso la obsesión se canaliza a través del sexo de forma tan intensa que el propio afectado es consciente de que tiene un problema», añade este experto.