Si practicamos actividades al aire libre y la exposición al sol está presente, tanto en invierno como en verano, no nos olvidemos nunca de utilizar fotoprotectores con filtros UVA y UVB. Así se evitarán los daños de la radiación ultravioleta y se prevendrá el envejecimiento prematuro de la piel.
En deportes de contacto y altamente competitivos, se suelen sufrir heridas, roces o fuertes golpes sobre la piel que deben atenderse de inmediato para evitar así posibles infecciones. Para ello es ideal utilizar soluciones desinfectantes y cremas cicatrizantes que aceleren la curación de las heridas.
Para hidratarnos correctamente por dentro y por fuera, es necesario ingerir líquidos antes, durante y después del ejercicio. En definitiva, si cuidamos todos aquellos aspectos que intervienen en nuestra salud cutánea notaremos con el paso de los años que para nuestra piel no han significado tantos.