Ejercitarse, meditar e incluso ver las aves por la ventana son excelentes maneras de iniciar.
4. Desayuna bien
Comer bien para el desayuno te pone por delante de mucha gente, pues las personas que desayunan tienen menos posibilidades de ser obesas, niveles de azúcar más estables, y tienden a sentirse menos hambrientos durante el día.
Pero cuando desayunas saludablemente, las puertas hacia un día productivo se abren de par en par. Te llenas de energía, mejoras tu memoria a corto plazo y te ayuda a concentrar mejor por períodos más largos.
5. Establece objetivos para el día
Tener objetivos concretos está relacionado con el aumento de la confianza y sentimientos de control. Establecer metas específicas para el día pone todo en movimiento. Las metas vagas como “quiero terminar de escribir mi artículo” son contraproducentes porque no incluyen el “cómo” de las cosas.
El mismo objetivo parafraseado sonaría así: “voy a escribir tres secciones de mis artículos y no gastaré más de una hora en cada sección”. De esta manera, tienes más que simplemente un deseo, pues ahora tienes la manera de lograrlo.
6. Limpia tu espacio de trabajo
Aunque sea una molestia limpiar justo antes de comenzar a trabajar, puede mejorar tu habilidad para concentrarte. Un espacio de trabajo sucio y desordenado desvía tu atención.