4. PEDIR MODIFICACIONES IMPOSIBLES
No es lo mismo “soy alérgico a las gambas, por favor, no las ponga coronando mi ensaladilla” que “haga el favor y sírvame el ceviche sin leche de tigre y con el pescado cocinado como Dios manda”. Para eso, mejor quedarse en casa comiendo un huevo frito.
5. DEVOLVER VARIOS PLATOS
Todo el mundo tiene derecho a devolver algún plato si no está correctamente cocinado, si no es lo que se esperaba o si, sencillamente, no está bueno. El regreso a cocina de más de dos, sin embargo, denota esnobismo y ganas de hacerse notar. Bueno, eso o que se trata de un tugurio, en cuyo caso la actitud del ‘foodie’ sería defendible.
6. ATACAR EN DIRECTO VÍA REDES SOCIALES
El ‘foodie’ enfurecido es capaz de colgar una foto del aperitivo en redes sociales con un comentario del estilo “patético y cutre intento de oliva esferificada”. Si el responsable de redes sociales del restaurante está atento en ese momento, la vendetta está servida. Y en este caso la frase “la venganza se sirve en plato frío” adquiere su sentido más pleno.