La presión y la velocidad deben ir in crescendo, en función de las señales que ella te muestre. Su lenguaje corporal te lo dirá todo. Dos ejemplos que muestran que la estás estimulando del modo correcto: que ella arquee la espalda para que llegues más fácilmente al monte de Venus o que empiece a tener espasmos musculares, especialmente en los pies.
Los dedos acaban siendo el mejor aliado para conseguir hacer un cunnilingus perfecto. Introdúcelos en la vagina mientras besas y lames su clítoris y ¡voilà!: orgasmo asegurado. Ahora solo te queda poner todos estos consejos en práctica. ¡Feliz cunnilingus!