Hay evidencia de que una vez que el tejido graso se cicatriza, a pesar de la pérdida de peso, es posible que no se recupere por completo. Tenemos que cuidar de nuestro tejido adiposo, que puede dejar de funcionar si se lo sobrecarga de trabajo al verse obligado a absorber más y más calorías.
Los científicos recomiendan hacer ejercicio o al menos una caminata después de la comida, lo que puede marcar una gran diferencia en nuestra salud metabólica.