Tu intención y motivación deben ser coherentes con tus sueños. Tus emociones deben ir de la mano de tus pensamientos para alcanzar tus objetivos. Observar lo negativo te incita a cambiar, centrarse en lo positivo hace posible que logres cambiar.
Hay que ser realista para aceptar, y optimista para avanzar. Si mostramos atención en las cosas malas no nos percatamos de las cosas buenas que también tenemos y que existen. Así ninguna dieta o ningún plan de entrenamiento darán resultado porque nunca conseguirás cumplir ninguno.
Nuevos estudios sobre psicología positiva y neurociencia demuestran la capacidad de nuestros pensamientos para reflejarse en el cuerpo. Tener en mente tu objetivo, visualizar el cuerpo que deseas, planear lo que harás cuando consigas tu propósito, y en definitiva, mantener pensamientos positivos sobre el mundo que te rodea te ayudará a modificar tu interior para cambiar tu caparazón.