Jack Kirby
No podríamos hablar de Lee sin mencionar a su gran amigo, y uno de los autores más influyentes en la historia de los cómics estadounidenses: Jack Kirby. Formalmente su carrera comenzó a los 30 años como ayudante de prensa y en distintos estudios de animación. En medio de la Segunda Guerra Mundial y en la tarea de retratar la realidad política e histórica, Kirby, junto con Joe Simon, le dio vida al Capitán América. Después del éxito obtenido por los 4 Fantásticos, Kirby abandonó Marvel para continuar su carrera en DC Comics, donde sentía que, con libertad, podría reflejar en sus historietas la mitología y divinidad que siempre habían dominado sus pensamientos; es así que nacieron los Kirby Dots.
Moebius
Del otro lado del continente, destacaban historietistas como Jean Giraud, quien a principios de los años 80 se dio a conocer bajo el seudónimo de Moebius. Tal fue el alcance de su trabajo y talento que algunos medios de comunicación europeos llegaron a clasificarlo como parte de los nuevos filósofos franceses. Con 16 años Jean descubrió en México su pasión por la pintura, el jazz, el sexo y, según algunos, hasta por la marihuana. Junto con otros autores formó el grupo de los Humanoides Asociados, creadores de la revista Métal Hurlant. Trabajó para George Lucas en “Star Wars Episodio V: El Imperio Contraataca”, y fue autor de El Garaje Hermético, en el que exploró la diversidad de las posibilidades gráficas y logró reinterpretar su estilo en algo más naturalista, con volumen y sobras que sustituyen manchas.
Roy Lichtenstein
Este pintor estadounidense de arte pop decidió darle una dimensión más a los dibujos en 2D. En búsqueda de un arte trascendental, el artista tomó historietas y las reprodujo en escalas inmensas; con la misma técnica de puntos y colores primarios, creó esculturas como Barcelona’s Head, que actualmente se encuentra en el Paseo Colón, en Barcelona. Con onomatopeyas y líneas transforma objetos cotidianos e incluso, obras de otros artistas, buscando crear arte impersonal y distanciado que permita al público alejarse del autor y apreciar la obra sin ataduras.
