Otro de los resultados derivados del estudio ha sido las diferencias de deseo sexual entre fumadores y no fumadores. La cantidad de personas fumadoras con un «gran deseo sexual» está tres puntos por encima que los no fumadores, lo que Neberich explica diciendo que «son personas más hedonistas y más orientadas a obtener placer». Además, apunta la investigadora, «poseen un menor nivel de frustración y son estrategas a corto plazo, disfrutando del momento y no de las consecuencias a largo plazo. Por consiguiente ellos perciben las necesidades sexuales de una manera más intensa y fuerte». Respecto a la duración de estas relaciones la investigadora también se muestra tajante: «[los fumadores] no planean a largo plazo, lo que puede conllevar a tomar decisiones más arriesgadas e impulsivas, y por tanto, tener una vida sexual más activa».
¿Aceptarías que tu pareja fumase?
Finalmente la científica analizó los gustos de las personas respecto al tabaco y, sorprendentemente, tanto fumadores como no fumadores pensaban parecido. Solo el 3,86 por ciento de los fumadores aceptaría sin problemas que su pareja fuera un fumador habitual, mientras que los solteros no fumadores aceptarían como máximo que su pareja fumara un cigarrillo a la semana.