Por supuesto, un día puedes darte el capricho pero si quieres mantener las calorías y las grasas a raya, la nata no es el mejor complemento para acompañar a una fruta que resulta apetecible en sí misma.
Simplemente fíjate en este dato: 100 gramos de fresas (3-5 piezas) suponen unas 30 kcal. y esos mismos 100 gramos de nata superan las 300 kcal. Si se compara el contenido en grasas, el contraste también resulta llamativo, ya que, frente a los 0,40 gr. por 100 gramos de fresas, la nata tiene 31gr.
Realmente, hay que tener cuidado a la hora de disfrutar de este postre clásico de la gastronomía y optar por consumir las fresas aprovechando sus buenas propiedades sin añadir a la dieta calorías y grasas saturadas extras.
En defensa de la nata hay que destacar su aporte en proteína, por lo que no es un alimento a prohibir. Simplemente, tómala con moderación, ya sabes, se trata de comer fresas con nata (de vez en cuando) pero nunca nata con fresas.