Las especializaciones relacionadas con las funciones que se estén desempeñando o pretendan desempeñarse es otra vía que suele dar buenos resultados. Son muchas las entidades privadas (asociaciones, federaciones y ONG) que se centran en impartir este tipo de formación y que podría aportarnos un “superávit laboral” dentro de unos meses.
Otro de los caminos que pueden elegir aquellos que quieren aprovechar el verano para especializarse, es intentar acceder a algunos de los planes de formación concedidos por el Estado y por el Fondo Social Europeo. Si alguna de estas alternativas no resultase viable, quedaría la opción de decantarse por alguno de los programas que ofrecen las diferentes comunidades, principalmente cursos gratuitos del CEIM o el Plan Avanza.
En otro orden, no podemos omitir una de las opciones “privilegiadas” en esta “aventura” de formación en verano. Esta tiene la atracción de combinar, viajes y conocimiento cultural con aprendizaje, y no puede ser otra que la especialización idiomática.