Sucede en estos casos un fenómeno similar al de una sinécdoque. Para algunos, una parte concreta del cuerpo del otro simboliza al hombre o a la mujer por entero, y es fundamental que esta cumpla con sus expectativas para que la excitación sexual emerja. Según Hogson, este hecho aclara además que ni la obsesión de ciertos hombres por los traseros tiene nada que ver con posibles tendencias homosexuales, ni la devoción por el pecho de una mujer tiene relación alguna con episodios freudianos relacionados con la madre.
Lencería
La especial elaboración de la ropa interior añade un cierto barroquismo a las relaciones que a muchos hombres y mujeres les resultan fundamentales a la hora de encontrar una motivación para mantener relaciones.
Quienes adoran incorporar corsés, picardías, ligueros, o ropa interior en sus encuentros hallan en tales prendas toda anticipación de la experiencia, convirtiéndose en una especie de preliminares visuales. Ante la importancia que tiene la estimulación visual en los hombres, es más común que este tipo de fetichismo aparezca en ellos.
Las personas que se sienten atraídas por la lencería suelen tener una sexualidad especialmente rica donde la variedad en la apariencia o en el tacto forma parte de sus fantasías. Por dicho motivo, esas mismas personas dan especial importancia al tipo de tejidos con los que la ropa interior se fabrica, así como a las impresiones que genera tocarlos.