Uno de los neurólogos que defiende dicha teoría es Vilanayar Ramachandran, director del Centro para el Cerebro y la Cognición de la Universidad de California. Según este experto: “muchas personas normales tienen ciertas conexiones del cerebro ‘cruzadas’ lo que explicaría por qué a algunos les excitan tanto tocar o lamer los dedos de los pies”.
Esta parte del cuerpo cuenta, por otro lado, con muchísimas terminaciones y numerosos nervios pueden verse estimulados presionando sobre sus diferentes áreas. Ser un fetichista de los pies dice curiosamente bastante poco sobre el carácter del individuo. Dentro de esta fijación, no es raro, además, que el deseo se acabe proyectando en las prendas que recubren tales extremidades, como las medias o los zapatos.
Tener relaciones en un lugar público
Muchas personas necesitan una habitación silenciosa para concentrarse en su placer y en el de su acompañante. Otras, por el contrario, adoran incorporar un factor sorpresa y prefieren hacer el amor en el coche, en un parque, en un baño público o en algún lugar donde exista la posibilidad de ser pillado ‘in fraganti’.